
Os invito a que me acompañéis con vuestra ferviente oración durante el próximo fin de semana, en el que realizaré una visita pastoral a Santiago de Compostela, uniéndome así a los peregrinos que llegan hasta los pies del Apóstol en este Año Santo. Iré también a Barcelona, donde tendré la alegría de dedicar el maravilloso templo de la Sagrada Familia, obra del genial arquitecto Antoni Gaudí. Voy como testigo de Cristo Resucitado, con el deseo de llevar a todos su Palabra, en la que pueden encontrar luz para vivir con dignidad y esperanza para construir un mundo mejor. Muchas gracias.

ORACIÓN POR BENEDICTO XVI
Dios y Padre nuestro, que has preparado el camino al sucesor de Pedro; en este tiempo de gracia, ayúdanos a orar con fervor y a acoger en el amor a Benedicto XVI, el Papa que Tú has querido darnos.
Unidos en oración, queremos que le concedas el espíritu del Evangelio para que, imitando a Jesús, el Buen Pastor, sirva con fidelidad a tu pueblo.
Haz que, supliendo Tú la pobreza de sus fuerzas, sea valiente y fiel pastor de su rebaño-tu rebaño-, siguiendo en todo momento las inspiraciones del Espíritu Santo.
Otorga al Papa Benedicto XVI, como él mismo desea, que desempeñe su ministerio “petrino”, al servicio de la Iglesia, con humilde abandono en las manos de tu Providencia.
Que los Cardenales de tu Santa Iglesia, Señor, le sostengan con la oración y con la colaboración constante, sapiente y activa.
Que los obispos estén a su lado con la oración y con el consejo, para que pueda ser verdaderamente el “Siervo de los siervos de Dios”.
Que tus sacerdotes, en los cuales piensa el Papa con gran afecto, lo apoyen con su trabajo esforzado y con su entrega fiel.
Que todos tus fieles, Señor y Padre nuestro, amen al Vicario de Cristo, siendo dóciles a sus enseñanzas e intentando ser buenos testigos de Cristo resucitado, en medio del mundo en el que viven.
Padre, Hijo y Espíritu Santo, Trinidad Beatísima por intercesión de la Santísima Virgen, en cuyas manos pone el Papa Benedicto XVI el presente y futuro de su persona y de la Iglesia, concédele la gracia de hacer realidad su promesa de fidelidad incondicional, sirviéndote sólo a Ti y dedicándose totalmente a la Iglesia.
De esa manera, se cumplirá su deseo de que la luz de Cristo resplandezca ante todos los hombres y mujeres de hoy, especialmente, ante “los pobres y pequeños”.
Amén
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